Solo el 25% del vino ha sido añejado en barrica de roble. Es un típico Cabernet de Mendoza. La madurez de la fruta es la calidad más sobresaliente en este vino. El pequeño porcentaje de roble agrega complejidad y equilibrio.
Seduce con aromas de cerezas, grosellas maduras con notas de hojas, de pimiento verde y un marcado toque mineral. En boca es untuoso, de buen volumen y recuerda a pimientos y especias. Su perfecto equilibrio se completa con notas de café y chocolate, producto de su añejamiento en roble. De
Maduro y audaz. Con colores violáceos intensos y aromas que recuerdan a ciruelas en compota, pasas e higos. En boca inunda por su gran cuerpo, es muy suave y untuoso. Su final es largo y muy equilibrado. Completan el bouquet toques de cacao y vainilla otorgados por la crianza en
Expresa complejidad en nariz, con aromas de fruta negra madura, frambuesas, mermelada de ciruelas y nueces típicas del Valle de Uco. Sutil sensación cremosa sazonada con pizcas de vainilla y canela. Buena concentración. En boca es una auténtica delicia, con un excelente cuerpo, estructurado, en pleno equilibrio y largo final.
De color rojo violáceo intenso y profundo. De buena complejidad aromática. En este blend, el Malbec aporta notas a ciruelas maduras y moras, con el toque de frutas silvestres y violetas del Syrah, y notas herbáceas aportadas por el Cabernet Franc que se equilibran finalmente con taninos armónicos del Petit
Color rojo rubí que se desvanece en granate con el envejecimiento. Nariz denota una personalidad excepcional con notas de cereza negra, mora, frambuesa, violeta, regaliz, vainilla y ligeros toques de pimienta rosa. Boca revela un sabor seco, cálido, aterciopelado, una textura rica y una raza noble. El final es cálido
De color rojo rubí brillante con un persistente bouquet de frutas frescas y frutos del bosque. En boca es equilibrado, con sabores delicadamente estructurados de cereza, ciruela y frutos del bosque.
Aromas a cereza negra, grosellas y especias se mezclan con sutiles notas de chocolate amargo. Los taninos son ricos y refinados al final, una característica de la fruta de la Montaña Roja, con sabores de bayas, frutos negros y cacao.
Color rubí con ligeros destellos violáceos. Es la fruta madura pero aún crujiente la que domina los aromas que nos puede regalar este vino: cereza negra y ciruela. Seguido de toques de matorral mediterráneo y toques de minerales y especias dulces. De buena estructura al paladar, es equilibrado, crujiente, agradable al paladar. El
Un Primitivo con un color rubí profundo y compacto pero brillante. La nariz está dominada por notas de fruta roja madura, notas especiadas y toques florales. Agradablemente suave en boca, con la acidez adecuada y unos taninos delicados, consigue un equilibrio perfecto. Persistente