
Maridajes para el otoño
Con sus días cada vez menos cálidos y la llegada de las tardes frescas, el otoño es un período emocionante para destacar el consumo de frutas y verduras que necesitaron tiempo para madurar durante los meses de verano. Ahora a principio de temporada, es que se encuentran en su mejor momento.
Los platos calientes comienzan a reemplazar las ensaladas y éstos, por sus características intrínsecas, precisan de vinos con más cuerpo y estructura.
Algunos maridajes destacados para la ocasión, son los siguientes:
Para un platillo otoñal de bajo esfuerzo y alto impacto, se sugiere el estofado. La carne cocida a fuego lento (sazonada principalmente con sal, pimienta, romero y tomillo), se combina a la perfección con un Cabernet Sauvignon. Dado que se aprecian sus notas de frutos rojos, negros, las especias y la terrosidad, precisa ir acompañado de un plato suculento. Si el estofado se sirviera como plato principal, es recomendable añadir una pequeña cantidad de vino durante la cocción, para asegurarse que los aromas del plato y del vino se integren adecuadamente.
Por otra parte, el espagueti con champiñones a la boloñesa se presenta como una gran opción vegana. Se sugiere combinar con un tinto de cuerpo ligero a medio, versátil, por ejemplo, el Pinot Noir. Este vino es encantador a medida que la temperatura comienza a cambiar, así que, en combinación con la receta mencionada, aportará sabor a cerezas ácidas y brillantes, un perfil herbal, añadiéndole al plato notas terrosas.
La carne al horno en especial el lomo o la colita de cuadril, es una de las recetas clásicas de esta estación. Acompañada de papas y vegetales, con su jugo característico, se obtiene un maridaje perfecto con un Malbec intenso, floral y de taninos dulces.
Siguiendo con la carne, el pescado recién cocinado es un plato perenne y muy rico. Servirlo con lentejas calientes es una excelente manera de alimentarse. Por ejemplo, el filete de pargo que tiene una piel crujiente, junto con lentejas calientes Du Puy, más una salsa de limón con hierbas, podrá acompañarse con un Sauvignon Blanc. Los sabores cítricos brillantes y sabrosos, adquieren un atractivo más fuerte cuando se combinan con la textura de las lentejas verdes.
El pescado azul por su parte, en especial el pescado grillado, marida a la perfección con un vino rosado. Esto es gracias a su sabor definido y ácido, más aún cuando se le agrega limón.
Por sus sabores definidos y su contenido de mariscos, la paella combina sin problemas con un Chardonnay complejo, en especial cuando presenta diversas notas, buena acidez y larga crianza en barricas de roble.
Con respecto a las carnes blancas, por su sabor concentrado y la sensación untuosa que deja después de cada bocado, el pollo al horno con hierbas puede ir acompañado de un vino blanco con aromas florales.
Si hablamos de maridaje, también es importante mencionar que en los últimos años, los espumantes han ido ganando terreno en las distintas instancias de una comida. Por sus características florales y frutales, su acidez refrescante y el buen cuerpo que lo caracteriza, resulta un maridaje de otoño ideal para los postres.
Algunos de estos son: Crumble de manzana. Dado su equilibrio entre dulzura y acidez, así como una textura crocante, este postre es perfecto para maridar con un espumante Extra Brut. Queso y dulce de membrillo: El membrillo es otra de las frutas protagonistas del otoño. La combinación de sabores del clásico postre, también marida muy bien con un espumante equilibrado y expresivo. Postre de crema: por el tipo de consistencia, los postres de cremas pasteleras de cualquier tipo, maridan a la perfección con cavas brut o vinos espumosos secos.